Vamos directo al grano, las personas que me conocen saben que me choca el día de la mujer. No se desde cuando empezó esta enemistad con esta fecha, pero recuerdo que de niña no entendía porque el ocho de marzo tenia que felicitar a todoooooooo el colegio (y es que fui a un colegio de puras niñas). ¿Felicidades por ser mujer? yo no elegí ser mujer, literal no hice absolutamente nada para ganar ese sexo… y aun así tenia que ir ese día dando felicitaciones a diestra y siniestra sin sentido.
Después crecí, y vino mi trabajo de oficina, y el día de la mujer se convirtió en el peor día del año. Era el día en el que tenia que llegar temprano a mi escritorio y no levantarme hasta la hora de la salida, porque de lo contrario me arriesgaba a un “Feliz día compañera” y un abrazo de un tipo que en mi vida le había hablado y solo me dejaba sintiendo super incomoda. Porque no se a ustedes pero a mi no me encanta que un extraño me abrace de la nada porque me quiere felicitar, y si le digo que “no” entonces soy bien “mamona”.
Y luego crecí un poquito mas, y me di cuenta porque se necesita (ojo: no se celebra) el día de la mujer. Desde que llegamos al mundo llevamos la desventaja, la carrera ya esta empezada y las mujeres no vamos en la delantera. Pero esta bien, voy a darles chance a la edad media porque en esos tiempo nadie sabia nada, ya después de la ilustración ya nomas nos estamos haciendo “güeyes”.
Yo tuve la fortuna de crecer en una casa en la que jamas se me frenó por ser mujer, y aun así tenia que adaptarme a las reglas de la sociedad machista en la que vivía. No podía salir en la noche si no iba acompañada por lo menos por un hombre, podíamos ser 15 mujeres pero aun así estábamos “solas“, la buena noticia era que estudie una ingeniería y salir con un amigo hombre no era el problema, pero cuando quería salir con las del ballet era un show que me dejaran salir. Al principio, como toda adolescente, culpaba a mi mamá y sus ideas viejitas de mujeres no empoderadas, pero ya que veo como están las cosas entiendo porque en cada una de esas conversaciones me decía: “Confió en ti, no confió en los demás”.
Después vino toda la montaña rusa que fue la vida profesional, desde el meme de que las mujeres en ingeniería somos changos o marimachas, la apuesta que hicieron mis compañeros de que no iba a acabar la carrera (porque mi laptop era rosa… ¿supongo? Nunca entendí esta apuesta porque literal nunca saque nada menor a un 8). Mi primer trabajo de egresada donde entré al mismo puesto que un compañero de la carrera y yo ganaba considerablemente menos que él. Mi segundo trabajo donde también trabajaba mi esposo (en ese tiempo mi prometido) y le dijeron que el tenia que ganar mas que yo, que lo entiendo perfectamente si se comparaban puestos y su puesto exigía mas responsabilidades pero no era por el puesto, era literal porque se iba a casar conmigo y el tenia que proveer.
Y así se me podría ir todo el día dándoles ejemplos de cosas que me han pasado, pero creo que ya pinté el panorama. El 8 de marzo no es una celebración, no festejamos a la “reina de la casa”, es el recordatorio, constante y presente de que no somos iguales. De que no importa que tanto corra no puedo alcanzarlos… todavía. Me gustaría decirles que las cosas son mejores, pero en México parece que van en picada y entiendo el cansancio, el enojo y la impotencia de ir perdiendo en un juego que parece que no vas a ganar. Pero ¿saben que? ya estuvo.
Es hora de alzar la voz, y de unirnos al feminismo de verdad, de ser solidarias y razonables, de aceptar que existe un problema y no salir con que a “ellos también los matan”, de no unirte al feminismo capitalista que consiste en comprar tazas que dicen #GirlBoss, no necesitas una taza para empoderarte. La única manera que vamos a poder competir justamente en esta carrera es apoyándonos unas a otras y correr al mismo ritmo. ¿Quiere ser ingeniera? Apoyala ¿Ama de casa? Apoyala ¿Usa vestidos? Apoyala ¿Pantalones? Apoyala ¿Le gusta algo que a ti no? entonces como diría mi abuelo Cacho: “Que te valga madres mijita” y apoyala. Ya es hora de que nos dejemos de dar una contra la otra impidiéndonos subir y dar para adelante, no somo enemigas, somos diferentes y esta bien, pero todas merecemos vivir en un mundo con oportunidades iguales para todos.
Espero ver llegar la fecha en el que el día de la mujer pueda desaparecer por completo y ya no tengamos que tener ese recordatorio de que vamos tarde a la carrera, porque no se trate de quien la gane, sino de que todos empecemos al mismo tiempo.
(insertar foto de la blusa que estoy bordando con la leyenda “women supporting women” que todavía no termino… ups)